Inicios Profesionales
Desarrollo Profesional
Tras graduarme, tuve mi primer trabajo formal en BANPAIS, gracias a una cita que mi padre me ayudó a conseguir con Don Jaime Garza. Ingresé al área de Créditos Especiales, donde manejábamos créditos de banca y gobierno, y tuve la oportunidad de viajar por todo el país promocionando estos servicios. Con la nacionalización de la banca, fui invitado a unirme al área Internacional de BANPAIS, donde trabajé con personas excepcionales como Jorge Frías, Lorenzo Barrera y Roberto Segovia Kane.
A los dos o tres años, surgió una oportunidad de trabajo que implicaba correr algunos riesgos: unirme a una empresa en un sector que apenas comenzaba a desarrollarse en México, el de las casas de cambio. En ese momento, no había casas de cambio en el país, lo que significaba que en cualquier momento podrían cerrarlas, dejándome sin trabajo. A pesar de tener una posición segura en BANPAIS y tres hijas ya en el colegio, decidí aceptar el reto.
Emprendimiento y Crecimiento
Transición a Bienes Raíces
Al no estar muy preparado en este campo, decidí aprender a fondo. Pedí la oportunidad de trabajar en la notaría de Arnulfo Flores, quien con cariño y empatía me enseñó mucho sobre temas legales. Luego, trabajé sin sueldo en Catastro Estatal y en el Registro Estatal, lo cual fue una de las mejores decisiones que pude tomar, ya que tras casi cinco meses sin ingresos, me sentí listo para desarrollarme en el ámbito inmobiliario.
Una persona clave en mi formación en bienes raíces fue Pato Sada Garza (Pato Flechas), un ser humano excepcional y generoso. Él me enseñó la parte fundamental del negocio inmobiliario: la valuación. Gracias a Pato, adquirí conocimientos y valores que me han acompañado a lo largo de mi carrera.
Con el tiempo, al manejar bienes raíces desde la parte de corretaje, tuve la oportunidad de crecer y, junto con un par de amigos, compramos la franquicia de REMAX. Mis socios eran René Zorrilla y José Luis Prado. Después de un tiempo, vimos que no había buenas expectativas con ese negocio y decidimos venderla nuevamente a los americanos dueños de la franquicia mundial.
Meses después, opté por dejar el corretaje inmobiliario y dedicarme exclusivamente al desarrollo de tierra comercial y compra de terrenos para cadenas como Oxxo, Super 7, algunos bancos, etc. Gracias a Dios, este negocio me fue muy bien. Uno de mis grandes socios comerciales fue Grupo JAVER, representado por mi excelente amigo y ahora hermanito, Samuel Klein. Fueron años estupendos, llenos de riesgos económicos, ya que compraba paquetes de lotes importantes a las desarrolladoras de vivienda.
También hice gran amistad con otras compañías, como Casas ARA, con mi querida amiga Mónica de Vega, y Hogares Unión, con Gabriela Cardoso. Además, establecí importantes alianzas con el fondo de inversión inmobiliaria de Jorge García Segovia y Roberto García Olavarrieta. Fueron muchos momentos de crecimiento y aprendizaje. Gracias, Dios mío, por nunca soltarme de tu mano hasta hoy.