Inicios Profesionales

Mi vida en los negocios comenzó desde muy joven, a los 8 años, en la colonia Lomas. Por aquel entonces, las vecinas de la cuadra tenían muchos árboles de duraznos, y yo negociaba con las dueñas para recoger los frutos, que luego vendía en las casas vecinas. Con el tiempo, mis negocios crecieron. Junto con mi amigo José Carlos Albo, vendíamos yukis en una carretilla de albañil, y más adelante, comencé a vender accesorios de vidrio para restaurantes y sistemas de aprendizaje de idiomas, siempre buscando oportunidades y aprendiendo de cada experiencia.

Desarrollo Profesional

Tras graduarme, tuve mi primer trabajo formal en BANPAIS, gracias a una cita que mi padre me ayudó a conseguir con Don Jaime Garza. Ingresé al área de Créditos Especiales, donde manejábamos créditos de banca y gobierno, y tuve la oportunidad de viajar por todo el país promocionando estos servicios. Con la nacionalización de la banca, fui invitado a unirme al área Internacional de BANPAIS, donde trabajé con personas excepcionales como Jorge Frías, Lorenzo Barrera y Roberto Segovia Kane.

A los dos o tres años, surgió una oportunidad de trabajo que implicaba correr algunos riesgos: unirme a una empresa en un sector que apenas comenzaba a desarrollarse en México, el de las casas de cambio. En ese momento, no había casas de cambio en el país, lo que significaba que en cualquier momento podrían cerrarlas, dejándome sin trabajo. A pesar de tener una posición segura en BANPAIS y tres hijas ya en el colegio, decidí aceptar el reto.

Emprendimiento y Crecimiento

Fue Raúl Limón quien me ofreció esta oportunidad, y con el tiempo, se convirtió en un gran amigo y una figura muy importante en mi vida. Esta empresa, Consultoría Internacional, llegó a ser la más grande en el sector de cambios en México, y eventualmente evolucionó hasta convertirse en CI Banco. Después de cinco años de intenso trabajo, grandes riesgos e increíbles aprendizajes, se presentó la oferta de vender la empresa. Los socios, entre los que se encontraban Eduardo y Pablo Legorreta, junto con un grupo de amigos, decidieron vender. Yo, que tenía un pequeño paquete de acciones, también participé en la venta. Aunque me ofrecieron continuar como Director Regional, siempre supe que mi destino era ser independiente y emprendedor. Decidí salir y perseguir mis sueños. Emprendí varios negocios, entre ellos AUTO 5, un taller automotriz grande que brindaba servicio a la comunidad. También inicié un negocio vendiendo plásticos protectores para volantes de autos, que adquirí en una feria en Chicago. Años después, vendí este negocio a mi querido amigo José Luis Argote, quien había sido su gerente durante años. Mi decisión de vender se debió en gran parte al llamado que sentí de entrar al mundo de los bienes raíces, gracias a una conversación con mi compadre Alejandro Bueno.

Transición a Bienes Raíces

Al no estar muy preparado en este campo, decidí aprender a fondo. Pedí la oportunidad de trabajar en la notaría de Arnulfo Flores, quien con cariño y empatía me enseñó mucho sobre temas legales. Luego, trabajé sin sueldo en Catastro Estatal y en el Registro Estatal, lo cual fue una de las mejores decisiones que pude tomar, ya que tras casi cinco meses sin ingresos, me sentí listo para desarrollarme en el ámbito inmobiliario.

Una persona clave en mi formación en bienes raíces fue Pato Sada Garza (Pato Flechas), un ser humano excepcional y generoso. Él me enseñó la parte fundamental del negocio inmobiliario: la valuación. Gracias a Pato, adquirí conocimientos y valores que me han acompañado a lo largo de mi carrera.

Con el tiempo, al manejar bienes raíces desde la parte de corretaje, tuve la oportunidad de crecer y, junto con un par de amigos, compramos la franquicia de REMAX. Mis socios eran René Zorrilla y José Luis Prado. Después de un tiempo, vimos que no había buenas expectativas con ese negocio y decidimos venderla nuevamente a los americanos dueños de la franquicia mundial.

Meses después, opté por dejar el corretaje inmobiliario y dedicarme exclusivamente al desarrollo de tierra comercial y compra de terrenos para cadenas como Oxxo, Super 7, algunos bancos, etc. Gracias a Dios, este negocio me fue muy bien. Uno de mis grandes socios comerciales fue Grupo JAVER, representado por mi excelente amigo y ahora hermanito, Samuel Klein. Fueron años estupendos, llenos de riesgos económicos, ya que compraba paquetes de lotes importantes a las desarrolladoras de vivienda.

También hice gran amistad con otras compañías, como Casas ARA, con mi querida amiga Mónica de Vega, y Hogares Unión, con Gabriela Cardoso. Además, establecí importantes alianzas con el fondo de inversión inmobiliaria de Jorge García Segovia y Roberto García Olavarrieta. Fueron muchos momentos de crecimiento y aprendizaje. Gracias, Dios mío, por nunca soltarme de tu mano hasta hoy.

Transición Familiar

En el año 2018, mi hijo Bobby habló conmigo sobre la posibilidad de entrar al negocio y que yo lo fuera enseñando. La idea me pareció estupenda, aunque yo ya estaba bajando un poco el ritmo de trabajo, ya que me interesaba mucho dedicarme más al trabajo social. Fueron momentos de mucha intensidad en los que aprendimos a conocernos como padre e hijo, pero también como socios. No fue fácil, fue todo un proceso, pero hoy me siento muy orgulloso de lo bien y mucho que ha crecido Bobby y de hacia dónde ha llevado el negocio.
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