Relaciones Gubernamentales
La vida me ha permitido formar grandes amistades, con estupendos seres humanos, algunas de estas amistades de las cuales se han convertido en verdaderos hermanos de camino. Uno de ellos fue Fernando Maiz, con quien, a pesar de conocernos desde jóvenes, nuestras vidas tomaron caminos diferentes hasta que en el año 2005, Dios nos permitió reencontrarnos y fortalecer nuestra amistad. Compartíamos muchos intereses y disfrutábamos de largas conversaciones sobre temas que nos apasionaban, lo que nos permitió crecer mucho en lo personal.
Entre los años 2008 y 2009, ambos comenzamos a involucrarnos en temas ciudadanos. Yo ya estaba muy comprometido trabajando con mi familia en el proyecto CAMINO A LA CIMA en la colonia Independencia, especialmente en la parte de evangelización, un área que también interesaba mucho a Fernando. En ese tiempo, conocimos a Jaime Rodríguez Calderón, quien en ese entonces era alcalde del municipio de García, Nuevo León. Como anécdota importante, durante una visita, Fernando y yo fuimos a conocerlo y aterrizamos en un helicóptero propiedad de Fernando, cerca de donde Jaime estaba atendiendo una reunión con Vecinos del Sector además había una carrera de niños.
La increíble generosidad de Fernando brilló cuando decidió motivar a los niños a correr, prometiéndoles que los cinco primeros que ganaran darían una vuelta en su helicóptero, un Agusta que había adquirido recientemente. La alegría que esto trajo a los niños fue inmensa, y en su generosidad, Fernando terminó llevando a todos los niños que participaron, en varios viajes, a disfrutar de un paseo en el helicóptero. Fue un momento inolvidable que demostró el gran corazón de Fernando.
Este encuentro con Jaime Rodríguez llevó a Fernando a una nueva dimensión de servicio social desde la ciudadanía, y ambos nos involucramos profundamente en temas políticos ciudadanos. Buscábamos constantemente formas de apoyar a nuestros políticos para que pudieran servir mejor a Nuevo León. Se organizaron decenas de reuniones de trabajo, muchas de ellas en «El Portal,» una quinta que Fernando tenía en Arteaga, Coahuila.
Cuando Jaime Rodríguez decidió postularse como gobernador y ganó, nos abrió puertas para colaborar en el bienestar común desde la ciudadanía. Organizamos viajes para llevar a la primera plana del Gobierno del Estado a Medellín, Colombia, donde Sergio Fajardo había realizado un trabajo fenomenal y replicable. Posteriormente, llevamos a los alcaldes electos y, en otro viaje, a los diputados electos. Fue una experiencia maravillosa que demostró que, con la voluntad adecuada, es posible hacer grandes cambios.
Los cursos y talleres organizados tuvieron resultados estupendos, aunque, como siempre, el verdadero impacto dependió de cómo cada persona decidió aplicar lo aprendido. Fueron innumerables las reuniones con personajes proactivos en el ámbito político, con largas comidas llenas de aprendizaje y motivación. Logramos grandes cosas en el ámbito social, y aunque sería difícil enumerarlas todas, lo más importante fue la siembra de ideas en los corazones de quienes participaron, sobre cómo podemos cambiar nuestro México.
Tuve también la oportunidad de entrar con Fernando como consejero en otros proyectos, continuando con nuestra misión de contribuir al bien común.
Por ejemplo entre de Consejero al Consejo Cívico de Nuevo León, donde fortalecimos al 100% el programa «Alcalde, ¿cómo vamos?» y «Gobernador, ¿cómo vamos?». Estos programas se centraban en evaluar y hacer un seguimiento del desempeño de los funcionarios públicos, y gracias a nuestras relaciones y esfuerzos, logramos que fueran más eficientes y efectivos. Sentíamos que teníamos el derecho de cuestionar a los políticos debido a la reciprocidad en nuestra ayuda y apoyo hacia ellos.
Siempre buscamos cómo ayudar, lo que nos distinguía de muchas otras asociaciones civiles que optan por confrontar o criticar directamente, algo que a veces es necesario, pero que Fernando nunca consideró como la fórmula adecuada. Para él, el enfoque correcto era la colaboración y el diálogo constructivo.
Fue una historia de increíble crecimiento personal para mí, donde aprendí la importancia de escuchar siempre ambos lados de la historia. Desafortunadamente, esta etapa de mi vida se vio trágicamente interrumpida cuando Fernando falleció en un accidente de aviación el 23 de enero de 2017. Su pérdida fue un golpe devastador para mí, especialmente porque mi padre había fallecido solo un par de semanas antes.
Otra anécdota interesante y de Dios, fue que durante el funeral de mi padre, contraje influenza, lo que me tuvo en cama por unos 10 días.
Fernando, siendo el gran amigo y hermano que era, me llamó tan pronto me recuperé, invitándome a una cacería para que pudiéramos hablar sobre mi padre, a quien él quería mucho. Lamentablemente, no pude acompañarlo en esa ocasión porque mi nieto iba a nacer ese viernes. Fernando falleció en su regreso del rancho el sábado siguiente. Dios, en su infinita sabiduría, decidió que no estuviera en ese viaje, y aunque su pérdida dejó un vacío inmenso, estoy seguro de que fue por sus más íntimos y divinos deseos.
Otra de las grandes amistades que hemos hecho y que nacen de un trabajo Ciudadano ; Son Gabriel Cavazos y su Esposa Margarita Ríos , hemos encontrado en la Alegría de las reuniones y la música un lugar para descansar y renovar energías. Son de esas amistades que perduraran para toda la vida. A través de ellos coincidimos en la vida también con El Dr. Santos Guzmán y su Esposa Blanca Medrano. Nuestro mas profundo agradecimiento a el Dr. Santos que gracias a su apertura y empatía hacia los temas el Adulto mayor a brindado los elementos necesarios para que se logren realizar estupendos eventos que han ayudado a miles de gentes a encontrar un mejor sentido de vida en su Vejez.