Cáritas Monterrey

En el año 2013, fui invitado a formar parte de Cáritas Monterrey por un ser humano excepcional, Marcelo Canales Clarion. Al integrarme como Consejero, pude descubrir el inmenso amor de Dios, nuestro Señor, a través de su principal instrumento de salvación: el ser humano.

En Cáritas, se percibe de manera clara el dolor humano en sus formas más profundas: la soledad, la necesidad física y material, el hambre, y muchas otras dolencias íntimas que afectan a las personas. Sin embargo, en medio de este sufrimiento, también se revela la generosidad, la entrega, la empatía, y la alegría de dar. Es aquí donde uno descubre la necesidad innata del ser humano de ser recíproco con sus semejantes, creando un momento de reencuentro divino y salvación a través de la colaboración entre personas y sus instituciones.

Desde la entrada de James (Jimmy) Colyer como Presidente de Cáritas, hemos sido testigos de una transformación increíble de crecimiento positivo. Jimmy y su hijo Mauricio han logrado posicionar a Cáritas de una manera extraordinaria, alcanzando incluso la autosuficiencia. Tuvieron la brillante idea de desarrollar los bancos de ropa y artículos varios mediante la modalidad de los bazares, los cuales han generado un gran aporte que permite a Cáritas llevar a cabo su misión de dignificación de la persona de una manera más excelsa. Estoy muy orgulloso de mi querido primo Jimmy Colyer y del estupendo trabajo que está realizando.

Además, he tenido la fortuna de coincidir con personas extraordinarias en esta obra, como Don Enrique Gómez Junco, un señor en toda la extensión de la palabra y padre de mi querido hermano y amigo Enrique Gómez Jr. También he trabajado al lado de personas dedicadas como Adrián Garza de la Garza, Humberto Maldonado, Luis Carlos Treviño, Roberto Lankenau, Tomás González Sada, Óscar Reyes, Sanjuanita Torres, Blanca Castillo, Laura Verónica Rodríguez, entre muchos otros. Sería imposible nombrar a toda la gente buena y entregada que he conocido, pero quiero expresar mi profundo respeto y admiración por el área de voluntariado y por todos los empleados que han dedicado su vida a esta gran obra.

Doy gracias a Dios por permitirme ser parte de su obra a través de Cáritas Monterrey.

 

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